El pasado fin de semana, el cantautor Justin Timberlake lanzó por fin el esperadísimo disco de ‘Man Of The Woods’. Tras cinco años de parón musical, con alguna que otra colaboración de éxito con DreamWorks y el tema de ‘Can´t Stop The Feeling’, Justin abrió el año con su sencillo funk de ‘Filthy’, la primera muestra de lo que venía a enseñar con su nuevo álbum.
El disco pretende ser un redescubrimiento personal y artístico del cantante, sin abandonar la influencia de R&B y el Blue-eyed soul que tanto ha definido su trayectoria musical. Justin incluye por primera vez el género country y folk, con gran cantidad de elementos acústicos para alejarse en cierto modo de la influencia de ‘The 20/20 Experience’, mucho más sintético y profundo.
Donde más vemos la influencia de anteriores trabajos es en temas como ‘Midnight Summer Jam’, una canción con influencia neo-soul que recuerda al dueto de Brand New que hizo con Pharrell Williams en aquel maravilloso álbum ‘GIRL’, y con una melodía que recuerda mucho a ‘Let The Groove Get In’, de su anterior álbum.
Otros como ‘Higher Higher’ parecen recién llegados del R&B de los 00´s, con claras referencias pop a los sencillos de aquel álbum de ‘FutureSex/LoveSounds’ de 2006, en el que habla de la fama y todas las cosas buenas que han venido detrás, como el haber podido conocer a Jessica Biel, su actual esposa.
Encontramos colaboraciones con Alicia Keys y Chris Stapleton en los temas de ‘Morning Light’ y ‘Say Something’, respectivamente, de un estilo mucho más pop acústico y suave, quizás con una intención más de nivelar el proyecto con temas que puedan actuar de transición entre los diversos géneros con los que Justin experimenta. El álbum está compuesto por 16 temas, y todos giran en torno a la idea del renacer como artista y la consagración definitiva pulida por su trayectoria musical. ‘Young Man’, canción con la que cierra este álbum, deja la huella del legado a su hijo Silas, al que pretende mostrarle todo lo que para él ha sido la música y todo aquello que le ha ofrecido en vida, sin olvidar nunca de donde ha venido.
Puede que no fuese el disco que la mayoría estaban esperando, pero para aquellos que han seguido durante muchos años la trayectoria de Justin Timberlake, sin duda es un regalo ejemplar, que condensa en esencia todo lo que ha estado construyendo durante más de dos décadas. No abandona el R&B y el Funk que tantas alegrías trajo con ‘The 20/20 Experience‘, ni se olvida del pop de ‘FutureSex/LoveSounds’ y ‘Justified’. El country y el folk marcan en un amplio sentido la dirección del álbum, con temas como ‘Sauce’, ‘Man Of The Woods’ o ‘Flannel’, como la muestra más personal de Justin y que recoge la esencia cultural de Memphis, su ciudad de nacimiento.
Solo queda esperar y ver el recibimiento por parte del público, y si acaba enamorando o decepcionando a los fans que llevaban tiempo esperando el regreso de Justin, pero como todo en esta vida, la música es algo subjetivo y que se deja llevar por los sentimientos más puros de aquel que la escucha, y solo el tiempo dirá si fue el biopic que todos estábamos esperando del estadounidense.
Artículo publicado en DetachedSound por Joel Chaou el 11 de febrero de 2018.
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